INSTITUTO MACROBIÓTICA ZEN

Material Exclusivo para Estudiantes

Cambio climático, Zero Waste y Minimalismo

La dieta macrobiótica es la dieta perfecta para el siglo XXI. No podemos darnos el lujo de seguir modas pasajeras. Tenemos que empezar a ser conscientes del impacto de nuestras acciones en nuestra salud y en nuestro entorno. La población mundial no puede alimentarse en su totalidad siguiendo las pautas de la nutrición industrial moderna basada en lácteos y carnes. En cambio, sí es posible extender la dieta macrobiótica a todos los seres humanos de este planeta. Es viable desde un punto de vista ambiental, social, ético y económico.

El problema del cambio climático nos afecta a todos. La tierra está enfermando a causa de nuestras prácticas, y como todo es uno, los seres humanos cada día se encuentran con más enfermedades crónicas a las que parece imposible hacer frente.

No tenemos que luchar contra las enfermedades ni contra el cambio climático. Solo debemos cambiar nuestros hábitos tóxicos y seguir una dieta que esté en armonía con nuestra naturaleza humana. De esta manera, se producirá una curación generalizada de las mentes humanas y la armonía volverá a reinar en el planeta. No podemos esperar cambios institucionales. El cambio tiene que empezar por nosotros porque nosotros formamos parte del todo.

Nuestra propuesta es que sigamos un estilo de vida macrobiótico, una filosofía de vida muy ligada al minimalismo y al consumo responsable. Si mejoramos nuestra alimentación y nuestros hábitos, en seguida el impacto sobre el medio ambiente será mínimo porque cambiarán nuestra forma de ocio, nuestra forma de consumo, nuestra manera de relacionarnos con los demás y nuestra cantidad de generar basura.

Para organizar una cocina donde prime la filosofía macrobiótica, el minimalismo y el residuo cero, la eficiencia es un elemento primordial. Es muy importante que cada cosa tenga su lugar, que tengas las cosas indispensables que te inspiren felicidad, que tengas utensilios de gran calidad y de materiales naturales.  En esta unidad te enseñaremos a cómo combinar estas tres filosofías para que cocinar sea más fácil y consciente.

Minimalismo y macrobiótica

Muchas cocinas están llenas de utensilios  que prometen que cocinar será más fácil y divertido, como esas sofisticadas trituradoras para hacer smoothies, moldes en formas insospechadas para hacer galletitas, un set de porcelana china… pero realmente ¿usas todas estas cosas? Y si es así, ¿cuántas veces las usas al día, a la semana, al mes? Todos estos utensilios que no son usados, están restando espacio a tu cocina, hacen que te sea más difícil encontrar los utensilios básicos e importantes que sí has de usar, crean estrés y llenan de desorden tu cocina. Aparte de la energía estancada que se genera de las cosas que no usas, estas cosas hacen que pierdas tu tiempo y tu dinero. Así que cuantos menos accesorios tengas, menos tiempo emplearás en organizar tus comida. Menos es más, vivir con menos cosas hace que tu vida mejore.

De acuerdo al principio de Pareto, el 80 por ciento de los efectos vienen el 20 por ciento de las causas, así que sería generoso por nuestra parte afirmar que el 20 por ciento de las cosas que se encuentran en tu casa son usadas un 80 por ciento de las veces. Con esto podemos decir también que el 80 por ciento restante, no son cosas realmente útiles.

En teoría, al simplificar tu cocina basándonos en esta ley, tendríamos que evaluar el 20 por ciento de las cosas que usamos y dejar ir el resto. Esto no es tan simple como parece, porque nuestra mente apegada decide quedarse con las cosas por muchas razones, aunque a veces no tenga mucho sentido.


Cocina macrobiótica ordenada


Un consejo sería emplear un día (o dos, dependiendo de tu rapidez de decisión), en sacar todos los utensilios y objetos de los armarios de tu cocina, incluidos los alimentos, y guardar de nuevo solo aquellas cosas que superen esta pequeña selección de preguntas:

1. ¿Funciona? ¿Está caducado?

Conservar cosas que necesitan ser reparadas, no las aleja de su destino final en el vertedero, solo pospone su destino, así que si tienes algo que tenga valor para ti, pero que no funcione en este momento, repáralo, véndelo, dónalo o tíralo a la basura.

2. ¿Lo uso con regularidad? ¿He usado este objeto durante el último mes?

Si no estás segura/o, ponle fecha y vuélvelo a guardar, si durante un mes no lo usas, es tiempo de donarlo. Pero no hagas trampas; usar hoy tu fondue,  no cuenta. Te animo a que la dones junto con otros utensilios que no usas.

3. ¿Es algo que tengo duplicado?

Un solo set de guantes para agarrar las cosas del horno es suficiente, solo tienes dos manos! Elige el set que más te guste y el resto dónalo. Lo mismo con los trapos, con cuatro sería más que suficiente.

4. ¿Pone en peligro la salud de mi familia?

Por ejemplo: el teflón, el aluminio, los plásticos… no son recomendables para la salud, así que todo. Eliminando el uso de estos elementos hará que tengas menos objetos en la cocina, y que los que tengas sean de mayor calidad, manteniendo a tu familia feliz y saludable

5. ¿Lo conservo porque me veo obligado a tenerlo por quien me lo regaló? ¿Lo conservo porque tengo un sentimiento de culpa?

Si tienes miedo de deshacerte de un regalo que te hizo alguno de tus amigos o familiares, recuerda que tus verdaderos amigos no quieren ser una carga para ti o hacerte sentir culpable, ellos solo quisieron hacerte un regalo para tener un gesto de generosidad contigo. Por otro lado, cuando no puedes deshacerte de algo es porque tienes apego al pasado o miedo al futuro. Si reconocemos ese apego y ese miedo, mirando honestamente  a nuestras posesiones, veremos con más claridad lo que es realmente importante en nuestras vidas. Siempre que te topes con algo de lo que no puedes desprenderte piensa con cuidado sobre su verdadero propósito en tu vida, pregúntate cuándo lo conseguiste y qué significado y función tuvo en ese momento. ¿Tiene ahora sentido conservarlo? Te sorprenderá cuántas cosas que posees ya cumplieron su función. Al reconocer su contribución y dejarlas ir con gratitud, serás capaz de poner en verdadero orden las cosas que posees y toda tu vida.

6. ¿Lo conservo porque todo el mundo tiene uno?

¿Es un objeto que realmente me ahorra tiempo como me prometieron al comprarlo? Acumulamos muchos utensilios de cocina por el marketing que usaron para vendérnoslo. Evalúa con honestidad la utilidad de ese objeto.  ¿Puede algún otro objeto reemplazar esa función?

7. ¿Merece la pena el tiempo que empleo en limpiarlo?

Todos los objetos que tienes en tu cocina cuentan, incluso los pequeños objetos decorativos, ocupan espacio, se llenan de polvo y no tienen gran utilidad, ¿merece la pena tenerlos?

8. ¿Puedo usar el espacio para algo diferente?

Deshazte de los objetos que no usas, porque te restan espacio y son energía estancada. No te angusties con el hecho de dejar ir los objetos, céntrate en los beneficios de tener menos cosas. Seguro que habrá momentos en los que echarás de menos algo de lo que te deshiciste, pero merece la pena ese sentimiento con respecto a ese objeto, en comparación con la cantidad de objetos que tenías estorbándote, siempre hay cosas que se pierden y cosas que se ganan (yin y yang), pero limpiando tu cocina de los trastos que no te sirven, estás ganando, ganando espacio, tiempo y simplicidad.

Residuo cero y macrobiótica

Tratar de reducir nuestra basura es un gran desafío, pero cada vez más personas se ponen a ello. Algunas se proponen incluso eliminar la basura en el hogar por completo. Forman parte de un movimiento conocido como zero waste o residuo cero, que abraza un estilo de vida más sencillo en el que ni siquiera hace falta reciclar porque apenas se genera basura.

Una de ellas es Anne Marie Bonneau, que en su blog Zero Waste Chef comparte sus peripecias y trucos para no generar residuos en la cocina. Con ello no solo contamina menos, sino que asegura comer de forma más natural y saludable. Porque optar por reducir a cero la basura «no se basa en ser abnegado», dice esta chef de residuo cero. Todo lo contrario: comerás mejor, ahorrarás dinero y dispondrás de más tiempo libre.

Realmente estamos seguros de que la macrobiótica es una filosofía de vida que lleva a cabo la reducción de nuestra basura y reducción del impacto en el planeta. La macrobiótica es una dieta Residuo Cero o Cero Waste. Recuerda que en macrobiótica usamos 5 criterios para elegir nuestros alimentos cuando hacemos la mayoría de nuestras compras. Que los alimentos sean:

-Vivos

-Enteros

-Orgánicos

-Locales

-De temporada

Lo que tú sí puedes hacer cada día para reducir nuestro impacto en el medio ambiente y mejorar nuestra salud:

  • Deja de comer alimentos procesados: la mayor parte del plástico y de la basura que generamos viene de los envases en los que se comercializa la comida, y estos vienen en su mayor parte de los alimentos procesados, que no son sanos ni para nosotros ni para el planeta.
  • Evita las bebidas embotelladas: bebe agua de grifo y evitarás tener que deshacerte del envase. Si el agua de tu zona no es de calidad, utiliza algún sistema de filtros adecuado.
  • Rechaza cualquier plástico de un solo uso: si vas preparado para las ocasiones en que te las ofrecen te resultará más fácil rechazarlas, pero en cualquier caso di no a bolsas de la compra, pajitas y palitos para remover el café, platos, cubiertos y vasos o cualquier otro artículo desechable.
  • Ve preparado para la compra: lleva bolsas de tela grandes, pero también fundas o bolsitas de tela para las frutas y las verduras, así como diferentes recipientes.
  • Compra a granel: hazte de buenos alimentos básicos cogiendo lo que necesites de los contenedores de producto a granel.
  • Compra con más frecuencia: te permitirá comprar cantidades más pequeñas para evitar que se te pase la comida y que tengas que tirarla.
  • Pásate por el mercado: compra productos frescos en el mercado de tu zona; tendrán mejor sabor y vendrán sin empaquetar.
  • Compra frutas y verduras “feas”: no necesitas que tus frutas y verduras sean brillantes, sin marcas y todas iguales; aparte de que muchas veces si son así es porque se han tratado químicamente, las frutas y verduras feas también son aprovechables.
  • Elige todo lo que quieras, pero cómete todo lo que elijas: con el tiempo sabrás ajustar mejor las cantidades y comprar solo lo que necesitas. Si compras más de lo que puedes comerte, acabará en la basura.
  • ¡Cocina!: no solo eliminarás muchos residuos, sino que mejorarás tu alimentación y tu salud.

TAREA: Tómate tu tiempo para releer y para incluir en tu agenda y en tus rutinas los consejos de esta unidad. ¿Qué cosas puedes cambiar hoy mismo en tu vida y qué otras cosas puedes ir introduciendo de forma progresiva para que entre todos y todas pongamos nuestro grano de arena para cuidar nuestra salud y la salud de nuestra madre tierra. Recuerda siempre que todos y todos somos uno.

Si quieres profundizar en el problema del Residuo Cero y cambio climático, te recomendamos las siguientes películas:

-A plastic ocean

-Before the flood

-Chasing ice

-Plastic China

-The true cost

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