INSTITUTO MACROBIÓTICA ZEN

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¿Por qué cocinar los alimentos?

La macrobiótica nos permite elegir de forma consciente y libre cuál es la energía que necesitamos crear de acuerdo a nuestro estilo de vida. Al conocer el Orden del Universo, representado en esa interacción dinámica y constante de Yin y Yang, podemos transformar la energía de los alimentos para transformar nuestras propias vidas. Este es un trabajo de alquimia, de transmutación de energía. Se trata de responsabilizarnos del estado de nuestro cuerpo y desarrollar la habilidad para responder y actuar en consonancia.

 

 

Es profundamente importante entender que existen diferentes tipos de cocción y cada uno de ellos genera una energía diferente. Aprender a cocinar las verduras puede significar un paso considerable en nuestras vidas. Hay un antes y un después.

Todos los estilos de cocción son importantes y tenemos que adecuarlos al momento del año, al lugar donde vivimos y a nuestros propias necesidades personales. No podemos comer exactamente lo mismo y de la misma forma durante los meses más fríos del año que durante los meses más calurosos. De la misma manera, una persona muy activa que trabaja al aire libre tiene unas necesidades energéticas muy diferentes a otra persona con un trabajo sedentario y realizado en un lugar cerrado y con calefacción.

Lo que tenemos que tener en cuenta como punto de partida, es que no hay una forma de cocción buena o mala. Tampoco podemos pensar que cocinar es malo y lo crudo es bueno. Tenemos que abandonar esas posturas simplistas basadas en el miedo, y comprender el yin y el yang, entender que existe un orden y que nosotros podemos manejar la energía de la forma que mejor nos convenga.

El arte culinario nos permite adaptarnos al entorno y calentarnos. Por eso utilizamos el fuego. Es lo que nos diferencia con otros animales que solo viven donde pueden adaptarse sin cocinar. Además, gracias a la cocción, hacemos los alimentos mucho más digeribles sin necesidad de gastar tanta energía que si comiéramos todo crudo. La cocción o utilización del fuego (arte culinario) no es para perder nutrientes sino para lograr adaptarnos a nuestro entorno. La olla es una especia de estómago externo en el que se produce una digestión previa del alimento: se rompen fibras, se producen procesos químicos y cambios energéticos, todo ello para que podamos asimilar mejor el resultado final en nuestro propio estómago.

Las civilizaciones más sabias del planeta ha hecho uso del arte culinario porque comprendieron el poder de la utilización del fuego. El proceso de cocinar es un proceso de yanguización, ya que el fuego es un elemento muy poderoso y reforzante. Por eso, en invierno usaremos cocciones más largas, ya que es un momento muy yin y el fuego es muy yang, mientras que en verano (yang) daremos más dinamismo y acortaremos la exposición de los alimentos al fuego porque tenemos ese extra de yang en el ambiente externo. En general, podemos decir que el calor puede ser usado para neutralizar las tendencias excesivamente yin de los alimentos y para exaltar las cualidades yang del verano.

 

 

Un detalle muy importante es que tu cocina sea de gas. Las cocinas de vitrocerámica e inducción pueden ser muy cómodas pero lo cierto es que es muy difícil mantener cocciones a fuego lento, que es una de las bases de la cocina macrobiótica. Puedes solucionarse con una placa difusora, pero con este tipo de cocinas es más difícil gobernar el fuego. El fuego a gas es más fácil de graduar y podrás mantener las cocciones prolongadas a un fuego más suave y continuo. Además, es más natural que las ondas electromagnéticas que desprenden los otros tipos de cocina, que alteran los alimentos y resultan perjudiciales para la salud. La energía eléctrica de estas cocinas destruye la energía vital de los alimentos. Por el mismo motivo, no debes usar el horno microondas.

En este módulo, por tanto, analizaremos los diferentes tipos de cocción de acuerdo a su valor energético. Será un viaje apasionante a lo largo de todos ellos, desde los más yin a los más yang: germinado, macerado, prensado, fermentado, escaldado, hervido, salteado, vapor, plancha, frito, estofado, presión, horno, barbacoa, ahumado.

 

Fuego Corona o fuego mínimo

Si aprendemos a controlar el fuego, lograremos controlar nuestra vida. Un fuego descontrolado es una mente inquieta. Necesitamos aprender a cocinar los alimentos para generar diferentes energías en nosotros.

Uno de los aspectos fundamentales de la cocina macrobiótica es aprender a cocinar a fuego bien bajo o fuego corona. Como es obvio, necesitamos una cocina a gas para poder dominar el fuego y llevarlo a su intensidad más baja. Si buscamos una yanguización reforzante y terapéutica, necesitamos hacer cocciones largas a fuego bajo. Para ello, necesitamos aprender a usar el fuego corona o mínimo, para que los alimentos no se nos peguen o se nos quemen, ya que colocar la llave del fuego en el número mínimo de nos ofrece nuestra cocina no es suficiente para establecer el fuego al mínimo de intensidad. Además, podemos usar un difusor de calor para bajar aún más la intensidad de la llama. En el siguiente vídeo aclaramos este concepto de fuego corona con más detalle.

 

TAREA PRÁCTICA: Te invitamos a que reflexiones sobre cuáles son los estilos de cocción más utilizados en tu vida y cómo te sientes. ¿Crees que necesitas más dinamismo, más frío, más ligereza o, por el contrario, más centro, más fuerza y más calor? ¿Eres una persona muy activa o demasiado sedentaria? ¿Necesitas más calma y tranquilidad o necesitas más movimiento? Escribe una pequeña reflexión, no es algo secundario. Anímate a indagar, a tomar conciencia de tu vida, de tu cocina y de ti mism@. Obsérvate como si fueras un analista externo y reflexiona sobre tu condición actual. Piensa qué te gustaría lograr a partir de ahora, qué cambios crees que necesitas.

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