Hoy, voy a darte 5 ideas que te sirvan para cambiar lentamente tus hábitos y dejes de comer azúcar refinada.
1) No des azúcar a los niños de forma gratuita.
No les des este veneno mientras no te lo pidan y puedas evitarlo. Mi experiencia con hijos se limita de 0 a 3 años y te puedo asegurar que sí se puede. He visto padres darles helados y bebidas cola a sus hijos de apenas diez meses y tartas de chocolate para el primer año.
-¡Ay que bonito, cómo come helado, que gracioso!
No… no es gracioso.
¿Es necesario hacer esto o puedes festejar de otra manera más saludable?
El azúcar es porquería y tenemos que reflexionar entre si queremos tratar a nuestros hijos como cerdos o como seres extraordinarios. (Con perdón a los cerdos, soy vegetariano, no tengo nada contra los animales) Y no valen las excusas: que estoy de vacaciones, que la vida es corta, que son niños y les encanta lo dulce, que yo también fui niño y me gustaban las porquerías.
Ser padres es poner límites. Para mí no es fácil pero tenemos que intentar ser firmes y actuar con verdadero amor. Porque darles azúcar es querer verlos enfermos y luego echarle la culpa a los virus, a los mosquitos, a las bacterias y estar obsesionados con los gérmenes.
2) Sustitutos del azúcar
No tomes edulcorantes porque son todavía más peligrosos que el azúcar. Al principio puedes reemplazar el consumo de azúcar con miel, azúcar de caña integral, agave, melaza, siropes de cereales… y poco a poco ir reduciendo todos estos endulzantes hasta el mínimo posible. Yo acostumbré a mis hijos a comer frutas frescas y frutas secas. Cuando les doy un dátil o unas uvas sienten el mismo placer que siento yo cuando como un chocolate. Algún día se vengarán de mí, pero mientras tanto funciona.
3) Tu casa es tu templo
Intenta difundir los peligros del azúcar entre tus círculos para que tus hijos se vean menos expuestos a esta droga. Y si no puedes influir en la sociedad, al menos intenta ser quien gobierna en tu casa. Haz de tu cuerpo y de tu casa un templo sagrado donde no entran porquerías. Eres tú el que hace la compra. Lleva a casa sólo alimentos saludables. Cuando esto se convierte en un hábito, luego no es tan difícil.
4) Haz responsables a tus hijos
Déjales ver este vídeo, explícales las consecuencias del consumo de azúcar y busca más información en Internet. A partir de ahí, trabaja en equipo: puedes crear un plan con tus hijos para reducir al máximo el consumo de azúcar y buscar sustitutos. El papá o la mamá no son los enemigos que prohíben el azúcar. Entre todos tenemos que identificar al verdadero enemigo de la salud y tener una estrategia para ganar.
5) No te obsesiones ni seas radical
El azúcar es una droga socialmente aceptada y está presente en todos los ámbitos sociales. Una vez que tomas conciencia de los peligros de esta porquería, es lógico que no quieras que los seres más amados de tu vida la consuman. Pero no es tan daniño para el cuerpo comerla de forma excepcional. En esas situaciones podemos hacer la vista gorda y que nuestros hijos se sientan felices e integrados en la sociedad.
CONCLUSIÓN FINAL
Mi intención no es asustarte sino que seas consciente de los preligros del azúcar. Empieza hoy mismo a cambiar y a sentirte mejor. Cuenta con tus hijos, pídeles ideas, plantéalo como un desafío familiar. Comienza con pequeños cambios usando los sustitutos, cuida tu templo a la hora de hacer la compra. Comparte este vídeo y estas ideas con tus círculos. No te resignes a la enfermedad. Sin embargo, no te obsesiones ni obsesiones a tus hijos. Y cuando te tomes un helado, que sea el de la mejor calidad que puedas conseguir en tu ciudad y disfrútalo con alegría.
¿Tienes alguna otra idea? Por favor, déjame aquí debajo tu comentario, ideas y experiencias o enlaces que quieras compartir. Gracias.
[fve]https://youtu.be/qpgmjvFiNXc[/fve]