Esta es mi caravana…
¿Te imaginas estar viajando durante un año por España en caravana? ¿En qué cabeza cabe semejante locura?
En la cabeza de Carolina, Sol, Dillon y Mariano.
De eso te voy a contar hoy, del viaje que comenzaremos muy pronto por España para difundir la alimentación consciente durante un año y cómo puedes unirte a nuestro camino.
Hace veintitrés años, en Argentina, tuve un sueño, sentí a mi coincidente vital y fui a Madrid para recogerla. Una chica encantadora, aunque ni sospechaba descubrir tantas sorpresas que van apareciendo con los años.
¿Dónde vamos a meter ese tambor chamánico en una caravana de 6 metros cuadrados? ¿Y las cartas del tarot, las piedras preciosas, las runas, los oráculos, la máquina de coser, el piano, las acuarelas?
La escoba de paja, al menos, sirve para barrer.
Nueve años en Madrid dieron para mucho aprendizaje de todo tipo. Me descubrí con 19 años viviendo solo, incómodo, navegando en la oscuridad, el miedo, la incertidumbre, leyendo sobre el Tao, Buda, Jesús y, sobre todo, aprendiendo muy bien aquello que no quería para el resto de mi vida.
Así llegué a la macrobiótica, el conjunto de conocimiento ancestral que salvó mi vida. Puse la semilla en mi mente y la fui regando hasta conseguir una rosa que cada día me conmueve con su fragancia.
En el 2010 con Carolina, nos subimos a un avión y pasamos los siguientes cinco años en las Montañas Rocosas de Colorado. ¿Elevación del pueblo? 2.749 metros sobre el nivel del mar.
Imagina lo que significó para mí, habiendo vivido mis primeros 19 años en la gran llanura de Buenos Aires, donde no crece ni una sola montaña. Lo más cercano a una montaña eran las que hacía con una palita de plástico en las playas de Mar del Plata.
Disfrutamos como niños durante cinco años de tanta nieve y montañas. Incluso tuvimos una casa rodante a motor. Y hablando de niños, una noche fría de primavera llegó a casa una cigüeña preciosa y, mientras nos entregaba un bebé hermoso, todo tapadito de mantas, nos dijo:
-Te lo dejo, hay que criarlo. Ya aprenderás.
A esas horas ¿qué nombre le pones? Era tan mágico el lugar donde vivíamos y sabiendo que en algún momento nos marcharíamos, que quisimos llevarnos para siempre, un poquito de su lago y de sus montañas, dentro del nombre de nuestro hijo, y lo llamamos Dillon.
Menos de dos años después, en una feria de verdura orgánica, fue en un repollo donde encontramos a nuestra hija Sol que tanta luz nos dio en nuestra siguiente etapa que consistió en 4 largos inviernos (interminables) en Finlandia.
Allí comencé mi canal de YouTube que probablemente conozcas, con la participación estelar de mi amigo Mr. Yin.
«Yin (oscuridad) llevado al extremo, genera Yang (claridad)». Una energía llevada al extremo genera la contraria. Si comes carne a diario desearás mucho alcohol o dulces, multiplicado en siete veces, por ejemplo.
Pude experimentar este principio ya que el hartazgo de tanta oscuridad y mal tiempo en Finlandia nos empujó a la pura vida de Costa Rica.
No, no nos persigue la policía ni nada de eso. Tampoco escapamos de nuestros miedos. Simplemente, nos gusta viajar y asumir cada día retos más grandes. Es la vida de todo macrobiótico.
Después de un maravilloso año en Costa Rica regresamos a España en marzo de 2020 para vivir lo mismo que tú en aquellos meses tan difíciles.
A partir de ahí, estuvimos muy santurrones durante cuatro años, con la pasión por el viaje en la nevera y viviendo felizmente en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, uno nunca deja de viajar, aunque no salgas del barrio de toda la vida.
Nos compramos una casa en la provincia de Alicante, escribí un libro de macrobiótica, llegó una preciosa gata blanca a nuestras vidas y pensábamos que así llegaríamos a la vejez.
¡Por encima de mi cadáver! Un alma viajera nunca deja de soñar y de dar malas noticias a su familia y amigos.
En esta ocasión, ha llegado el momento de retomar el sueño que nació en Costa Rica y que tuvimos que postergar por la pandemia. En aquel momento queríamos regresar y viajar durante un año por toda la geografía tan diversa, tan bonita, que se esconde en la compleja y misteriosa tierra del Quijote.
Tierra de viajeros, de caminos de Santiago, de caminantes sin camino que hacen camino al andar.
Nuestra intención es viajar y presentar mi libro en todos los lugares que pueda, difundir la alimentación consciente, ofrecer talleres de cocina y tener el agrado de conocer personalmente a todas las personas que quieran acercarse a nuestra caravana macrobiótica.
Queremos vivir en granjas donde aparcar nuestra caravana, en comunidades a las que podamos aportar valor, y también pasar algunos días en la casa de quien quiera acogernos.
Sí, sé que es algo fuera de lo normal. ¡Y todavía no te he contado la idea completa!¿Dónde estudiarán nuestros hijos? ¿Cómo será el recorrido? ¿Cómo voy a dirigir mi escuela online de macrobiótica? ¿Dónde llevaré mi suribachi para hacer gomasio? ¿Y mi molino de cereales?
El viaje empieza el 1 de agosto y nos moveremos según las personas que quieran conocernos y compartir con nosotros un delicioso arroz integral. ¿Te imaginas tomarnos un té en plena naturaleza, o pasar una mañana juntos cocinando saludable?
Las personas son lo más importante para nosotros. ¡Quiero darle un abrazo a cada persona que me sigue en las redes sociales!
Por eso, me gustaría escucharte…
…saber dónde nos esperan nuestros futuros amigos de viaje con los brazos abiertos: Si puedes acogernos de alguna manera durante unos días en el lugar donde vives, sea en plena ciudad o pleno campo, o si conoces gente interesada o algún proyecto interesante….
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Armaremos el recorrido según el clima y la cantidad de personas interesadas en darnos un fuerte abrazo. El recorrido lo defines tú, como un libro abierto de «Elige tu propia aventura». Y nosotros nos movemos a demanda.
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Aún desde la provincia de Alicante, España, te mando un gran abrazo de oso yogui.
Pura vida, Namasté.
Mariano