En un mundo que nos empuja al resultado inmediato, a la transformación repentina, a los cambios drásticos, yo quiero recordarte el poder de lo pequeño, de lo que madura con tiempo y constancia. Por eso hoy quiero hablarte de la importancia de marcarse pequeños objetivos cada tres meses. Es una forma suave, amable y eficaz de avanzar en nuestro camino hacia la salud, la claridad y el equilibrio.
Cuando nos damos ese plazo, sin presión, sin exigencia, comenzamos a hacer ajustes en nuestra dieta, en nuestros hábitos, casi sin darnos cuenta. Y lo más interesante es que no sentimos que estamos haciendo un esfuerzo enorme, sino que simplemente vamos dejando atrás lo que nos pesa, lo que ya no nos sirve. Vamos haciendo espacio para que pueda emerger lo mejor de nosotros.
A lo largo de los años, he podido comprobar en mí mismo y con muchos de mis alumnos que este enfoque funciona. En mi programa Camino al Bienestar, trabajamos precisamente así. Cada semana damos un pequeño paso, cada mes hacemos balance, y cada tres meses damos un giro más profundo si hace falta. Para eso comparto con ellos una plantilla de seguimiento de hábitos que usamos a diario.
Lo que te propongo es que empieces primero por reflexionar:
¿Qué hábitos sientes que te están apagando? ¿Qué cosas haces, incluso saludables en apariencia, que están impidiendo que salga a la luz tu mejor versión?
Porque todas las semillas están dentro: las virtudes y también los vicios. La diferencia está en cuál decides regar cada día.
Si, por ejemplo, deseas tener una mente más clara y creativa, y desarrollarte en tu trabajo o en tu práctica espiritual, es fundamental dormir bien, no cenar tarde, reducir el azúcar, evitar el alcohol. Porque si empiezas el día ya cargado de niebla mental, con digestiones pesadas o sin energía vital, es difícil que se manifieste tu grandeza.
Desde ahí, puedes escribir una lista de diez pequeñas acciones positivas que te ayuden a mejorar tu vida. Diez hábitos concretos, claros y realistas, que vas a repetir todos los días, sin obsesión pero con intención. Y cada noche simplemente marcas si lo has logrado o no. A final de mes, cuentas los aciertos y haces un balance: lo que aún no lograste, lo repites el mes siguiente. Y lo que ya está consolidado, lo reemplazas por un nuevo reto. Así avanzamos, sin ansiedad, pero sin pausa.
Y cada tres meses puedes ir más allá y hacer ajustes más grandes. Te cuento uno personal: hace seis meses decidí dejar de comer esas típicas galletas de cereales inflados. Sí, son saludables en comparación con otros productos, pero seguían siendo un alimento industrial. Y yo las comía a diario, sin pensar, al menos tres por comida.
Pensaba que me costaría mucho, que me iba a hacer falta. Pero ahora, medio año después, ya no están en mi día a día y no las extraño. También solía comer uvas pasas con almendras después de la comida. Algo aparentemente saludable, sí, pero que a mí me generaba una energía muy yin. Decidí dejar también ese hábito, y me ayudó mucho a yanguizarme un poco más.
Y ahora me siento más fuerte digestivamente, más estable, más centrado. Así he ido avanzando estos últimos 20 años: pequeños cambios, cada seis meses, uno más. Así fue como me despedí del chocolate diario después de comer, de los helados semanales, del alcohol los fines de semana. Hoy gozo de una gran salud, pero no llegué hasta aquí con grandes revoluciones. Lo hice poco a poco. Y seguiré mejorando a mi ritmo.
Por eso quiero recordarte que esto no se trata de una dieta más. No es una moda, ni una prueba. Es una forma de vivir. Es una determinación profunda por construir, día tras día, una salud infinita. La macrobiótica se encarna, se vive, se integra con la mentalidad del largo plazo.
Cada acción, cada decisión, cada alimento es una semilla que estás plantando. Y si cultivas con conciencia, con esfuerzo amable, con honestidad, lo que florecerá será lo más auténtico de ti. A veces habrá retrocesos, sí. A veces tropezarás. Pero si sostienes la intención, el camino avanza. Siempre. Porque cada tres meses, con pequeños pasos, puedes llegar muy lejos.
Si te gusta la grabación dímelo en los comentarios.















































gracias Mariano
Ya estoy apuntada para la edicion de septiembre, muy ilusionada! Necesito mejorar mis habitos sobre todo, de alimentación voy más o menos bien con mis idas y venidas, pero los habitos me hunden a veces.
Hola Mariano. Estoy en la Macrobiotica desde hace mas de 13 años. Casi nos encontramos en Alicante hace casi 2 años. Pero será en otra ocasion. Me gusta mucho lo de los objetivos. Yo lo pongo en práctica para mejorar mi altruismo. Pienso que si uno da lo mejor de si, y por amor a otros, se le permite elevarse a una mejor version de si. Además esto influenciara no sólo en los habitos de vida sino que también en la elevacion de otros con quienes tenemos un lazo espiritual, porque toda la humanidad forma una red indisociable. El simple hecho de hacer pequeños pasos en un sentido, sea alimentacion, habitos, valores, buscar ayudar a otros, estamos obrando para que el mundo y el universo prospere hacia el fin único y eterno: Armonia, Felicidad, Paz, Alegría.
Gracias!! lo intentaré
Hola Mariano! Te sigo desde hace mucho y te agradezco mucho por todo lo que hacés para la comunidad. Te quería proponer que puedas hablar algún día del Ying y del Yang pero de una forma que nos resulte cercana a quienes no tenemos tantas lecturas específicas del tema. Me interesa mucho! desde ya muchas gracias por todo! Un gran saludo desde Argentina.
Así es.. con pequeños pasos… Gracias…
Me encanta escuchar tu sabiduria. Me gustaría adentrarme mucho más en la macrobiótica conocer el yin y yan de los alimentos …tantas cosas para mejorar la salud. La macrobiótica me fascina. Es una manera muy sutil de vivirla no solo en el plato.
Muchas gracias por tu ayuda siempre. Ayuda profunda y comprometida.
Mil gracias Mariano.